Delicias de chocolate blanco
"Las delicias de chocolate blanco son una sorpresa para los paladares más exquisitos. Tenemos el dulzor del chocolate, la cremosidad de la nata, el perfume de la ralladura de lima y limón y las exóticas hojas de lima kaffir. Para contrarrestar esta el zumo de lima y limón, para la alegría el Beefeater y para la sorpresa final el chile. Te volveras loco de gusto, una pasada. "
Hola, hoy vengo a preparar unas delicias de chocolate blanco, super elegantes, para poder disfrutarlas de ellas con la personas que más quieres, las puedes envolver en una cajita bonita para hacer un regalo un día que los amigos te invitan a una comida o en un cumpleaños, o simplemente te los puedes comer solito viendo una peli el fin de semana en tu sofá, con tu mantita calentita, una taza de café y tus bombones.
Sabemos que el chocolate llegó a nosotros a raíz de las culturas mayas y aztecas, que eran los que mejor conocían este fruto tan peculiar para los europeos y pero tan valioso.
Lo conquistadores llegando a las Américas se dan cuenta que allí en vez de usar monedas de metal, se usan unas nuececillas de ciertos árboles parecidos a la almendra. Haciendo unas tablas de equivalencias descubren el verdadero poder de estos granos. Por ejemplo, con diez granos podrías comprar un conejo, que era el mismo precio que ofrecían al cambio de un servicio sexual, con un centenar de granos se podría comprar un esclavo, etc...
Tan valiosas eran estas habas que pronto aparecieron los falsificadores de monedas usando las cáscaras de los verdaderos granos de cacao rellenandolos con cera negra o tierra húmeda para simular su contenido.
La mismísima moneda servía para hacer una bebida batida fermentando con las almendras del cacao a los que añadían hierbas y especias como la vainilla, chiles molidos, pimienta negra, achiote como colorante, o suqir – una planta trepadora que usaban como espumante. Antes de consumirla “la batian” le añadían mucho aire dejando caer el líquido de una altura, repitiendo este proceso varias veces, hasta conseguir una bebida espumosa. Era algo similar como se sirve el té en muchos países árabes hoy en dia, o como se tira la sidra en Asturias.
Los conquistadores observan que los indígenas usaban el chocolate para sus guerreros cuando iban a enfrentarse en una batalla. El resultado era incrementar el vigor físico y espiritual.
El emperador azteca Moctezuma II bebía unas 50 tazas de chocolate al día antes de elegir entre sus 700 esposas y amantes. En la cultura azteca el chocolate estaba prohibido entre las mujeres debido a su poder afrodisiaco.
Al llegar a Europa el cacao no fue valorado desde un principio, y tuvo su periodo de asimilación culinaria. En un principio fue admitido como una combinación entre alimento – medicina, por tener un sabor muy amargo, pero, a raíz de que el cacao se dulcifica, todo cambia.
El origen de los bombones que conocemos hoy en día viene desde Francia, siglo XVIII, cuando el pastelero de Luis XIV preparo unas delicias de frutas bañadas en chocolate. Cuando el rey las probó su reacción fue decir “bon, bon”, que traducido significa “bueno, bueno”, pero a raíz de eso se quedó con el nombre que conocemos de bombon (doblemente bueno).
A partir de allí los pasteleros y otros artesanos comienzan a crear sus propias elaboraciones, y la imaginación para elaborar estos manjares no tiene límites. Por supuesto que la apariencia externa es importante, pero más importante es la creatividad a la hora de elaborar el relleno.
Dicen que “la vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar”
Hasta hace poco. El chocolate blanco, no se consideraba chocolate, si no golosina, pero Nestle rompió las reglas del juego en 1930, lanzando al mercado la chocolatina Galak, conocida más tarde como la Milkybar. Al carecer de cacao, lleva solo la manteca de este fruto, que si tiene aroma de cacao, el chocolate blanco siempre es más dulce, además lleva una buena cantidad de leche en polvo.
No os voy a hablar de las calorías, los minerales o las vitaminas, por que no quiero engañar a nadie, pero si disfrutaremos del sabor, por que un capricho de vez en cuando no mata a nadie, un dia és un dia.
INGREDIENTES
- 600 g chocolate blanco
- 100 g manteca de cacao
- 200 g nata
- 2 lima / ralladura
- 2 limones
- 6 lima kaffir
- chile picante
- 50 Beefeater
- 20 g de gelatina
PROGRESIÓN
- Hidratamos la gelatina unos 10 minutos antes de usarla en agua muy fría, a poner ser con hielo o de la nevera.
- Rallamos la lima y el limón.
- Rallamos la cantidad conveniente de chile, eso será según el gusto, si no te gusta el picante puedes no ponerlo, pero le resta en sabor.
- Exprimir el zumo de lima y limón.
- Quitar el nervio del medio de las hojas de lima kaffir y picar muy finito.
- Mezclar el zumo de lima y limón con la ralladura, el chile y la hoja de lima kaffir.
- En un bol ponemos el chocolate en trocitos y la manteca de cacao.
- Poner el bol encima de un cazo con agua hervida (no hirviendo) y dejamos que se derrita poco a poco.
- Mientras se derrite el chocolate vamos a preparar la otra parte de la receta.
- Calentamos bien la nata, escurrimos la gelatina bien de agua y añadimos a la nata fuera de fuego.
- Removemos hasta que la gelatina desaparece por completo.
- Juntamos con el zumo de lima y limón, la ralladura, las hojas de lima kaffir y el chile.
- Añadir el beefeater.
- Juntar todo con el chocolate fundido.
- Llenar los moldes y llevar a la nevera unas horas antes de desmoldar. Si no tienes moldes puedes poner en un tupper de 2 cm de alto y dejar que se endurezca. Después puedes cortar con un cuchillo bien afilado el tamaño deseado.
¡Que se diviertan!
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