Crema de calabaza braseada

"La crema de calabaza es uno de los clásicos del otoño y del invierno. Es un plato sencillo y muy agradable, la idea es de hacerlo diferente, que destaque, que sea atrevido y riquísimo. El braseado de la calabaza y el toque asiático, de leche de coco y jengibre, lleva a nuestra crema en un escalón muy, muy alto. " 


La calabaza es una fruta, no un vegetal, más exacto es una baya de cáscara dura y es el fruto de las cucurbitáceas.
Hay una variedad enorme de tipos de calabaza mas de 800 variedades, algunas cultivadas y otras silvestre y casi todas proveen una gran cantidad de uso para las personas. 
El fruto maduro se utiliza en la gastronomía, para preparación de platos como dulces, salados, bebidas con y sin alcohol, las semillas también son comestibles incluso se obtiene un aceite muy rico y saludable de ellas. Las flores de calabaza también se utilizan en la preparación de muchas recetas.  


La cáscara de la calabaza, una vez vaciada y curada, se puede utilizar con fines ornamentales, para la fabricación de utensilios y artesanías y de instrumentos musicales. Distintas partes del fruto y la planta se utilizan con fines medicinales y cosméticos, como la producción de jabón.

La calabaza contiene una gran concentración de beta-caroteno que lo transformamos en vitamina A, antioxidante que nos beneficia la piel, las membranas mucosas, los huesos, los dientes y la visión. 
Un alto contenido en fibra, que mantiene a raya el colesterol, nos ayuda en bajar de peso.  
El aceite de las pepitas de calabaza tiene un alto contenido en zinc, muy apropiada para una salud sexual masculina, bloquea el crecimiento de nocivo de las células de la próstata. Es el aliado de los hombres, una cucharadita en ayunas os viene de maravilla. 
Y para completar el cocktail, vitamina C, D, E, K, magnesio, calcio, hierro, fósforo…una fruta imponente 

¿Sabías que? los antiguos chalecos salvavidas estaban fabricados con pieles o vejigas de animales llenas de aire, o calabazas vacías y que también eran los elementos de flotabilidad para las redes de pesca, antes de que se pudiera recurrir al corcho.

En la Antigua Grecia, la calabaza era considerada un producto antiafrodisíaco y se usaba para anular la líbido y evitar los escarceos amorosos. 

La que muchas pensábamos que tenía su origen en el mar, es en realidad la pula de una calabaza, la Luffa aegyptiaca. Una esponja biodegradable que todas habremos utilizado alguna vez como exfoliante.
La crema de calabaza es un plato casi obligado en época de otoño e invierno, no solo porque se trata de un alimento de temporada sino porque nada le sienta mejor al cuerpo que un plato caliente cuando hace frío.
El toque especial lo vamos a dar con una combinación clásica de la cultura asiática leche de coco y jengibre, así que vamos a probar algo exótico. 

El hecho de poner la calabaza primero a la plancha es para intentar volver a los orígenes, cuando las comidas se preparaban al fuego de leña, buscamos el sabor de ahumado, de los fogones que las abuelitas usaban en los pueblos. 


Casi todo el mundo tira la piel y las pepitas de la calabaza…grave error. La piel de la calabaza, al igual que la de patata, la de berenjena, no solo que es comestible, pero da un buen sabor, y con la cocción se ablanda casi por completo y con respecto a las semillas, eso si es un pecado no usarlas. Recién cortada la calabaza las semillas tienen un envoltorio blando y pasa lo mismo que con la piel, se ira ablandando mientras la cocinamos. Y el interior aportara mucho a nuestra crema, te lo prometo. Así que esto es otro de los secretos de esta receta. 

La leche de coco le da una cremosidad especial y el picante del jengibre no solo da un sabor perfumado también nos protege del frio y nos mantiene lejos de los resfriados. 


INGREDINTES:

Sopa:
  • 500 gr calabaza (con su piel y sus pepitas)
  • 400 ml leche de coco 
  • 500 ml agua o caldo vegetal 
  • 1 cebolla 
  • 1 trozo de jengibre del tamaño de una nuez
  • 1 cucharada de aceite 
  • Sal 
Decoración:
  • Pepitas de calabaza recién tostadas
  • Trocitos de calabaza braseada 
  • Unas gotas de leche de coco
  • Unas gotas de aceite de pepitas de calabaza 


PREPARACION:
  • Cortamos la calabaza en trozos o rodajas como un dedo de ancho, sin quitarle la piel o las pepitas y las ponemos encima de una plancha para que se tuesten por los dos lados. 
  • Cortamos la cebolla a groso modo y ponemos a sofreír. 
  • Añadimos el trozo de jengibre picado finamente a la cebolla. 
  • Una vez que la cebolla haya cogido color añadimos los trozos de calabaza, el agua o el caldo y dejamos que hierba unos 20 minutos. 
  • Añadimos la leche de coco, la sal y la pimienta y dejamos hervir a fuego lento 10 minutos más. 
  • Una vez que esté listo pasamos todo a una batidora y trituramos hasta obtener una crema muy homogénea y fina. 
  • Como hemos usado la calabaza con la piel y con las pepitas, para estar seguro que no quedan nada de grumos podemos pasar la crema por un colador.
  • En una sartén tostamos las pepitas, esto dará un extra de sabor.
  • Decoramos con unas gotas de aceite de pipas de calabaza, unas pipas de calabaza recién tostadas, unas gotas de crema de coco...
 

¡Que rico! 






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