Polenta con queso gorgonzola y huevos poché
"La polenta es muy conocida en Italia, pero también es un plato tradicional muy bien visto en Rumanía, Bulgaria o Moldavia. La sémola de maíz se hierve con el agua al que se le añade sal, mantequilla y en en este caso, queso gorgonzola y resulta una delicia de acompañante para unos huevos poché cremositos."
Seguramente que muchos de vosotros habéis oído esta palabra, pero quizá pocos saben que es exactamente y menos como se prepara. Aunque es un plato muy antiguo, hay muchas partes del mundo donde la polenta es algo de actualidad.
Es originaria de Italia, pero muy conocida en Austria, Hungría, Argentina, Paraguay, Francia, Suiza, Madeira, Sudáfrica, Caribes, Barbados, y en los Balcanes: Croacia, Serbia, Eslovenia, Bulgaria, Rumania, Moldavia.
En un principio la polenta se hacía con harina gruesa de trigo y con hierbas, tipo gachas, pero tras el viaje de Cristóbal Colón se dio a conocer el maíz y fue acogido en el N de Italia.
La polenta se hace con una sémola de maíz, no confundirse con la harina o la maicena, el grano está molido, pero queda un poco basto, la textura es similar a un cous-cous.
La más común se prepara con sémola de maíz amarillo, pero hay variantes donde se mezclan la sémola de maíz con harina de castañas o con harina trigo sarraceno y también añadiéndole diferentes ingredientes al final como hierbas aromáticas, quesos, nata, leche, setas.
Mi infancia la viví en Rumania, en un régimen comunista donde las puertas al extranjero y al conocimiento estaban cerradas para la mayoría de nosotros. Por eso me crié pensando que la polenta, era un plato típico rumano. Más tarde entendí que el origen era Italia, pero para mi y para todos mis compatriotas sigue siendo un plato muy de nuestra tierra. Si yo le digo a cualquier abuela de mi tierra que la polenta es italiana y no rumana se reirían de mí. Hemos adoptado este alimento con tanto cariño que ya es nuestro y hasta le hemos bautizado “måmåligå”. Me alegra saber que la Wikipedia está de acuerdo conmigo diciendo que en Rumania y Moldavia la polenta de maíz es plato nacional.
Uno del uso un poco peculiar de la polenta era usarla como cataplasmas para la tos muy fuerte. Se ponía bastante caliente, envuelta en una tela, encima del pecho. Eso te hacía entrar en calor, ablandaba las flemas y expulsarlas. Yo considero que era un remedio muy eficaz.
Recuerdo a mi abuela cuando íbamos a visitarla en el invierno, con la nieve, siempre tenía encima de la chimenea una buena caldera a la que iba dándole vuelta con un palo de madera para que no hiciera grumos. Según nos sentábamos alrededor de la mesa nos servía con un orujo casero caliente recién hervido con azúcar y pimienta y encima de una tabla de madera en el medio de la mesa, le daba la vuelta a la polenta bien caliente que cortaba en tajadas con la ayuda de un hilo grueso. Al lado ponía un guiso de carne de cerdo, chorizos, panceta ahumada, y un bol con una salsa parecida al alioli hecha a base de mucho ajo crudo bien machacado y emulsionado con aceite. Todo eso te hacía entrar en calor en un plis plas.
En mi casa lo comíamos como pan, y una vez que se le daba la vuelta a la polenta, lo que quedaban en las paredes de la caldera se dejaba tostar un poco y encima se le ponía una taza de leche. Se solía comer al día siguiente como desayuno con una pizca de sal. La sémola de maíz un poco más gruesa se hervía con leche, azúcar y una cucharadita de manteca y se comía bien caliente.
También la acompañamos muy a menudo con un queso fuerte que solía derretirse con el calor de la polenta, añadiendo nata agria, mantequilla y un huevo hervido o con “sarmale”, unos rollitos de carne picada envueltos en hojas de col fermentada.
Una vez fría la polenta se cortaba en láminas y se freía en un poco de aceite hasta que se tostaba bien. Mi abuelo le pasaba un diente de ajo por encima. En el verano la comíamos fría con ortigas, espinacas, sopas de verduras o con un huevo frito.
Al día de hoy parece ser que la polenta está empezando a subir de escalón, en ella están muy interesados los celiacos, las personas que buscan alternativas al pan, los que quieren experimentar cosas nuevas y los grandes cocineros que reinventan el presente fusionándolo con los sabores del pasado: bases de tartas, falsas pizzas, substituto de patatas fritas, sopas, guisos y lo que queda por experimentar.
Yo hoy la voy a preparar de una manera muy sencilla, pero con un sabor interesante, de este modo las personas que no lo han probado nunca descubrirán sabores nuevos muy atractivos.
Para la polenta voy a dar unas cantidades aproximadas, ya que cada persona puede variar en la cantidad de agua, según si la quiere mas blandita o mas firme, y también influye mucho la calidad de la sémola del maíz y el uso final. La polenta según se va enfriando se va a poner más dura.
INGREDIENTES:
Polenta:
- 200 gr sémola de maíz
- 1 L agua
- 100 gr queso gorgonzola
- 50 gr mantequilla
- Sal
Huevo poché:
- 2 huevos
- agua para hervir
- pimienta
PREPARACIÓN:
Polenta:
- Poner el agua en un cazo a hervir.
- Una vez que rompa a hervir añadir sal y la sémola poco a poco, como una lluvia, mezclando con una varilla.
- Bajar el fuego en seguida.
- Mantener la cocción suave removiendo de vez en cuando.
- Puedes modificar la consistencia añadiendo más agua o mas sémola.
- Se deja tapado a fuego muy lento un mínimo de 25-30 minutos o hasta que coja una consistencia muy melosa.
- Al final añadir el queso gorgonzola y la mantequilla.
- Sacar la polenta encima de una tabla de madera o un plato grande.
Huevo poché:
- En un cazo poner agua a hervir con la sal.
- Una vez que rompa a hervir bajar el fuego a mínimo, que a penas se noten las burbujitas.
- Romper los huevos uno a uno y ponerlos en el agua muy despacio, sin movimientos bruscos, con cierta distancia entre ellos, tratando de que el huevo se mantenga en la misma posición, (yo lo hago en una sartén para así tener el espacio necesario).
- Dejar hervir entre 3-5 minutos según el gusto, si lo quiere pasado por agua 3 minutos, si lo quiere un poco más ligado o duro 4-5 minutos.
DECORACIÓN:
- Puedes cortar la polenta con un hilo grueso, con un cuchillo o simplemente con un tenedor.
- Si la polenta es dura servir una tajada de polenta con el huevo encima, un poco de pimienta y unos picos de queso gorgonzola.
- Si es mas blandita puedes hacer como un volcán, poner el huevo en el medio, pimienta, queso….
- También puedes sustituir el huevo poché con un huevo frito.
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