"Pate" de alubias negras
"Este "paté" de alubias negras me hace volver a los inviernos de mi infancia y a la casa de mi abuelita. Era un plato aparentemente sencillo y muy sabroso que se tenía que preparar con mucha paciencia y con mucho cariño para obtener una cremosa pasta para poder untar el pan como si de una mantequilla se tratara."
Judía, frijol, poroto, habichuela, habas, fabes, alubia, todos estos nombres hacen referencia a estos granos pequeñitos, alargados, ovalados o redondos de diferentes colores y tamaños que nos acompañan desde más de ocho milenios.
La palabra alubia proviene del árabe al-lubiya, pero su origen no tiene nada que ver con eso. Al parecer esta planta herbácea es nativa de Mesoamérica, más exacto la zona de México, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Las excavaciones arqueológicas han evidenciado que las alubias eran las preferidas en los tiempos viejos, a diferencia de los garbanzos y las lentejas que gozaban de poca aceptación en las cocinas antiguas.
Las alubias son una de las legumbres favoritas en tiempos de bajas temperaturas, aunque nos puede sorprender perfectamente con su otra cara en el verano en ensaladas, o cremas para untar tipo hummus. Sea en frio, en caliente, con cuchara o con tenedor, las alubias son alimentos bastante completos en nutrientes y beneficiosos para nuestro organismo.
Al contrario de lo que se piensa, las alubias apenas tienen calorías y bien cocinadas resultan muy digestivas.
Son fuentes de hidratos de carbono y proteína de origen vegetal y son recomendadas en casi todas las edades, excepto los bebés. Sin embargo están muy recomendadas en embarazo y la lactancia, por el contenido de ácido fólico, un nutriente esencial para el buen desarrollo del bebé.
También contiene colina, otro nutriente esencial para mantener nuestro sistema nervioso y muscular en buenas condiciones.
Otras maravillas de las alubias son los antioxidantes como la vitamina E, el zinc, el selenio, que previenen y retrasan daños en nuestras células.
Nos aporta magnesio, que alivia el síndrome premenstrual, una buena fuente de calcio, encima aporta fósforo que favorece la absorción del calcio y una buena cantidad de fibra que combate el estreñimiento de una manera natural.
¡Una joya de legumbre!
Hay trucos y trucos para obtener unas alubias blanditas, pero que se mantengan enteras y no se rompan. Lo imprescindible es ponerlas en remojo varias horas, al poder ser la noche anterior. Cuando las ponemos a hervir hay que hacerlo en agua fría, para así recibir el calor de poco a poco y ablandar la piel despacio, de este modo haciéndola que sea más digestiva. La sal siempre se debe de añadir al final de la cocción.
En mi tierra siempre se ha cambiado “la primera agua”, eso quiere decir que se deja que hierba los primeros 5 minutos y después cambiar el agua, esta vez con agua caliente para no endurecer de nuevo el grano.
Otras lenguas dicen que añadiendo una pizca de bicarbonato, puede ser, nunca he tenido curiosidad por hacerlo, ya que me da que en este caso el bicarbonato puede alterar el sabor final.
Otros piensan que el metal influye mucho a la hora de ablandar el grano, para los menos adinerados se recomienda un clavo de hierro dentro mientras está hirviendo, los más afortunados pondrán a hervirlas con un tenedor de plata o si no se puede usar una olla de cobre.
Yo no se me mas trucos, pero si conoces alguno compártelo con nosotros y así ampliamos nuestros conocimientos de trucos para ablandar más fácil las alubias, hasta podríamos escribir un libro todos juntos sobre este asunto: La historia y la filosofía de cómo ablandar las alubias.
¿Como podemos consumir esta maravillosa legumbre? No hay rincón en la tierra que no utilice las alubias de algún modo. Aquí en España están bien conocidos los guisos y los potajes, en los Balcanes y Turquía son muy comunes las sopas de alubias, en los países de cultura árabe las cremas tipo hummus y las albóndigas vegetales tipo falafel, los caribeños, los cubanos, brasileños, africanos lo mezclan con el arroz en sus comidas diarias, los japoneses y coreanos los utilizan como pasta dulce en los postres tipo mochis, o la preparan en fermentados, los mexicanos en sus tacos y taquitos, los italianos la usan con las pastas.
La podemos guisar solas, con vegetales, con carne, con pescado, con marisco, incluso hacer postres con ellas. ¿Os parece poco?
INGREDIENTES:
- 500 gr de alubias cocidas
- 100 ml de aceite
- 1-2 dientes de ajo
- un poco del caldo en el que hemos hervido las alubias, en su defecto agua caliente
- sal
- para decorar: pimenton, semillas de berro, aceite de oliva, granos de alubia...
- para acompañar palitos vegetales: zanahoria, apio, pimiento
PREPARACIÓN:
- Preparamos las alubias dejándolas en remojo una noche y hervirlas a fuego lento hasta que el grano se ablande.
- Calentamos y colamos las alubias para separar los granos del caldo.
- En un bol ponemos los granos de alubia calientes y con una cuchara de madera empezamos a aplastar para obtener un puré.
- Se puede usar la batidora si así se desea, pero a mi me gusta darle un aire rústico a esta receta y mantener parte de los granos enteros o parcialmente partidos.
- Añadimos 2 -3 cucharadas del caldo si fuera necesario.
- Ponemos el diente de ajo machacado y la sal.
- Ligamos con el aceite, añadiendo poco a poco, como si de una mahonesa se tratara.
- Servimos en un bol decorando con pimentón, semillas de berro y gotitas de aceite.
- Acompañamos con palitos de vegetales como zanahoria, apio, pimiento, pepino, nabo...o con pan negro recién tostado.
¡Que lo disfruten!
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