Strudel con cabello de angel
"El strudel es por excelencia una receta alemana, pero le he dado un vuelco y lo he adaptado al estilo spanish cambiando la manzana por la calabaza cidra, el conocido cabello de ángel. Es una receta sorprendente, deliciosa y muy original."
A Europa llegó en el siglo XVI vía India, con las rutas comerciales portuguesas y holandesas y hoy en día la encontraremos también en África, Asia hasta Oceanía.
La Cucurbita ficifolia, chilacayote, o cidra, es una de las especias más importantes de calabazas. Muy famosa en los países latinoamericanos, en las regiones tropicales y las de grandes altitudes del mundo, de hecho que su origen proviene de la zona de los Andes.
En el continente americano es bastante usual encontrarla en estado silvestre entre 1000 y 3000 m de altura.
Gracias a su cascara muy dura, esta calabaza posee una larga longevidad.
Antiguamente había la bonita costumbre de elaborar conservas con los productos de temporada, como era la cidra, y comerlos en el invierno cuando prácticamente casi no había muchos vegetales frescos. Gracias a estas costumbres miles de niños en pasadas épocas de hambruna, conseguían mantener sus niveles de vitaminas y minerales más o menos estables.
La calabaza cidra destaca por su elevado contenido en potasio, betacarotenos, provitamina A, vitamina C, vitamina E y vitaminas del grupo B.
INGREDIENTES:
Masa:
- 500 gr harina
- ½ cucharadita sal
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 huevo
- 200 ml agua templada
- 1 cucharadita de vinagre
- 40 gr aceite de girasol
- aceite de girasol para pincelar las hojas
Relleno:
- 1 kg calabaza cidra cocida
- 2 cucharadas de sémola de trigo
- 200 gr azúcar
- un puñado de anacardos/almendras/nueces
- un chorrito de buen brandy
- para decorar azúcar glas
PREPARACIÓN:
Relleno:
- Primero hay que preparar la calabaza.
- Con cuidado se parte en varios trozos, la piel resulta muy dura, y la ponemos en una olla con muy poca agua, a fuego muy lento 45-60 minutos más o menos, hasta que la pulpa se despegue con facilidad de la piel.
- El agua solo tiene que cubrir el fondo de la olla, pero hay que vigilar que no se quede sin y que la calabaza se nos pegue. Por eso es indicado tapar la olla para que el vapor penetre la pulpa y la ablande.
- Dejamos la calabaza que se temple un poco y empezamos a separar la pulpa de la piel y de las semillas.
- En un cazo, sin tapar, ponemos la calabaza con el azúcar a fuego lento y dejamos unos 30 minutos hasta que se evapore el líquido sobrante y ligue un poco la calabaza.
- Paramos el fuego y añadimos el brandy y los frutos secos elegidos, enteros o partidos, como más te guste, pero la idea es de encontrar algunos trozos más grandes y otros más pequeños.
- La sémola se añade en el último momento justo antes de poner el relleno a nuestra masa.
Masa:
- En un bol ponemos la harina y añadimos la sal, el azúcar, y poco a poco incorporamos el aceite, el vinagre, el huevo y empezamos a amasar con los dedos.
- Por lo último incorporamos el agua, ya que puede que entre toda, o nos quedemos cortos o pida de más, eso será un poco según la harina que usemos y lo grande que sea el huevo.
- Vamos amasando unos 5 minutos hasta obtener una masa elástica.
- Dividimos la masa en bolitas pequeñas, entre 15-20 y dejamos reposar unos diez minutos pasando la mano con aceite por encima.
- Una vez pasado el tiempo empezamos a estirar la masa lo más fino posible con la ayuda de un rodillo.
- Si fuera necesario en este paso añadimos más aceite encima de la tabla para que no se pegue y se estire bien.
- Añadimos el relleno y enroscamos haciendo un rollito doblando las esquinas hacia dentro.
- Metemos en el horno previamente calentado a 180´unos 35-40 minutos, hasta que tengamos un color bonito en la superficie.
- Sacamos y dejamos que se temple un poco antes de servirlos. Se pueden comer tanto calientes como fríos, de las dos manera resulta delicioso.
- Espolvoreamos azúcar glas por encima
¡Riquisimo!
No hay comentarios: